La imponente peña Oroel se eleva al fondo, observada desde las calles de Jaca en un día de invierno. En el primer plano, las copas de los árboles y abetos parecen protegerla, mientras la nieve se insinúa tímidamente en su cima.
Esta escena captura la serenidad del invierno pirenaico, ofreciendo una vista íntima y evocadora de un paisaje que es emblema de la ciudad.
Acuarela en papel Arches, 300 g/m2, 100% algodón
Obra sin enmarcar