Al final de la calle Mayor, el monasterio de las Benedictinas emerge como un guardián sereno de la historia de Jaca. Su torre y el ábside parecen custodiar el camino. Al fondo, la peña Oroel.
Esta acuarela no solo captura la belleza arquitectónica del monasterio, sino también la profunda conexión entre la ciudad y su entorno natural.
Acuarela en papel Saunders Waterford, 300 g/m2, 100% algodón
Obra sin enmarcar