Esta acuarela captura la frescura de la primavera en el embalse de Lanuza, donde la majestuosa Peña Foratata se alza en el fondo. A ambos lados del embalse, las laderas arboladas vibran con una amplia gama de verdes, simbolizando la vida y la renovación de la estación. A la derecha, el pintoresco pueblo de Lanuza descansa a orillas del agua, complementando la paleta de ocres y azules de la escena. Un retrato perfecto de la armonía entre naturaleza y tradición.